COLUMNA | LAS COSAS DE LORENZO
La calidez, ese concepto detrás de la fruta que sublima el vino

 “La fruta es la estrategia evolutiva desarrollada por la naturaleza para tentarnos". Federico Kukso.

El descorche tiene que ser un acto hedonista, el preámbulo del placer.


LORENZO GINÉS

Director de Comunicación 

 

Ahora todo es frescura. Fruta, dame fruta, hasta a alguna presidenta autonomica le 'encanta la fruta' (aunque creo que no lo dice de verdad, que quiere decir otra cosa, pero seguro que son cosas mías).

Y lo de la fruta está muy bien, para postre o para quitar la sed. O para empezar a animarte antes de pasar a 'mayores'. Cuando no tienes algo a la atura que complementar, que le acompañe como un perfecto matrimonio. Cuando no te preocupa más que la acidez, la uva, lo ligero y lo fresco. Está bien, en ocasiones, está bien. Vamos que a mí, también me gusta.

Pero ya sabes, los pantalones pesqueros, las hombreras desorbitadas, el 'brilli brilli', los retos virales, las camisas de lino..., tienen su momento. Son divertidos y contagian. Aunque, claro, tienen caducidad, terminan, mutan, pero la verdad vuelve. Hay cosas que sólo retroceden, no entran en peleas, parece que se apartan a un lado, pero sólo un tiempo, porque vuelven, claro que vuelven. Porque son verdad.

Cuando tengo sed no bebo vino, estoy así de loco. Pero cuando quiero disfrutar, compartir, placer, entonces siempre, siempre, reclamo vino. Más loco todavía. Porque el simple descorche tiene que ser un acto hedonista, el preámbulo del placer.

Y como para mi el vino es -por encima de cualquier otra cosa y para que quede claro-  placer, me gusta la calidez del vino por encima de la fruta, (incluso arriesgándome a la lapidación a base de uvas sin madurar, que duelen más). La calidez, sí, algo de lo que se habla poco (no confundir con caliente, de eso ya otro día).

Y la calidez no es un concepto enrevesado ni sabio, no es de intelectual ni de listillo de esto del vino, ese que aburre y distorsina a partes iguales. La calidez es esa sensación de abrigo, de permanencia, de poner 'agustito' el paladar, de cubrir la boca de sabores de todo tipo de forma redonda y equilibrada (el umami también, sí, 'marisabidilla'). La calidez es esa sensación que te deja confortable, que no quieres prestar a nadie, ni que te mueva, de que las cuatros esquinitas de la cama tiene 'quien se las guarde', tú ya me entiendes.

Fruta sí. Pero para hacer buen vino.




LORENZO GINÉS

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